Lo que comenzó siendo una solución tras una pérdida considerable de firmeza en los labios vaginales debido a un parto complicado o tras haber dado a luz varias veces, hoy es toda una moda.

La cirugía estética vaginal tiene numerosas adeptas en muchas partes del mundo aunque, en realidad, son tres las intervenciones más demandadas.

Una himenoplastia, por ejemplo, es una reconstrucción del himen. Algunas mujeres tienen interés en reconstruir esta membrana que cubre el orificio de la vagina bajo el argumento de poder recuperar la virginidad.

Las dos intervenciones de cirugía estética vaginal por excelencia son la labiolastia y la vaginoplastia. El primer caso es bastante habitual en mujeres que han sido madres en varias ocasiones. La operación puede incidir en los labios mayores, menores o en ambos y tiene el objetivo de reducir su tamaño.

Algunas mujeres tienen los labios vaginales característicamente largos, por una cuestión puramente genética. En cambio, otras ven cómo tras la dilatación del canal vaginal debido al parto, los labios se vuelven alargados y un tanto caídos, lo que les lleva a practicarse esta operación.

Este procedimiento es en realidad una vertiente de la vaginoplastia, un procedimiento más complejo. En este caso, suele haber tantas clientas interesadas por ella por motivos estéticos como por motivos de salud, ya que puede corregir daños causados durante el parto o debido a algún mal hábito sexual.

Por lo tanto, lo que hasta ahora era conocido como rejuvenecimiento vaginal y era aplicado solo a madres que buscaban su anterior imagen, se ha convertido en la búsqueda principalmente de vaginas muy estrechas. Brandon Páramo

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