El también llamado Síndrome de Excitación Sexual Persistente es una situación que sólo pueden vivir las féminas y consiste en tener excitaciones genitales de manera espontánea y persistente, sin necesidad de vivir un orgasmo.

El primer caso del cual se tiene registro es el de Michelle Thompson, quien asegura vivir cerca de 300 orgasmos en el día, así como el de Jeannie Allen, quien decidió fundar un grupo de ayuda en internet para mujeres que sufren del este mal.

Los periodos de excitación pueden durar desde horas, e incluso, semanas y hasta meses; los “orgasmos” suceden uno tras otro, sin parar, y esta sensación desaparece tan sólo por instantes, por lo que llevar una vida normal no es fácil.

Consecuencias

Esto trae la imposibilidad para concentrarse, lo cual impide cumplir con las obligaciones diarias, debilitamiento físico y congestión vascular en el área genital y de la vulva, así como hipersensibilidad en los senos.

No hay cura

Desafortunadamente, la ciencia aún no ha encontrado la manera de aliviar o sanar este síndrome. De momento, sólo puede controlarse con tratamiento psicológico, así como con medicamentos psiquiátricos. También, se puede anestesiar, enfriar o relajar la musculatura del área pélvica por pequeños lapsos de tiempo.