Para el Dr. Giovanni Casafranca Mendoza, Médico Ginecólogo de Oncogyn, ninguna cirugía está exenta de riesgos, ya sea por el procedimiento en sí o por la anestesia, por lo que el médico debe estar bien capacitado para poder resolver cualquier eventualidad.

Sin embargo la cirugía para extirpar los quistes o quistectomía suele ser sencilla y con muy bajo riesgo, por lo que las pacientes que van a ser operadas por quistes de ovario no deben alarmarse.

Si bien los quistes de ovarios son parte de los hallazgos más comunes cuando se evalúa a una mujer en edad fértil, no siempre deben ser operados, “existen diferentes tipos de quistes, como los funcionales que son pequeñas bolsas que contiene líquido o material semi-sólido. Estos quistes ováricos generalmente no necesitan tratamiento, por lo regular desaparecen al cabo de 8 a 12 semanas de manera espontánea. Pero si se vuelven frecuentes, su especialista le puede recetar píldoras anticonceptivas orales, reduciendo su aparición”.

Otro tipo de quistes son los orgánicos que aparecen y persisten en el ovario; “cuando los quistes no desaparecen será observado por su médico para evaluar una posible operación, el tipo de cirugía dependerá del tamaño del quiste y de la apariencia que tenga en la ecografía. En estos casos se aplica la Laparoscopia, donde el médico extrae el quiste a través de una pequeña incisión, y en otros casos más complejos, cuando hay cáncer se recurre a la Laparotomía, cuyo procedimiento usa una incisión más grande para extirpar el quiste maligno”.

Es importante recordar que la paciente debe acudir de manera periódica a una evaluación ginecológica, para determinar que alteraciones, ya sea quistes u otras, puedan afectar su salud, “mediante un chequeo integral ginecológico podemos evitar que un quiste se complique torciéndose sobre su eje causando un dolor severo e hinchazón en el abdomen, además permitirá detectar tumores ováricos con alto riesgo de ser cancerígenos y dar un tratamiento precoz y así evitar consecuencias graves en la salud de la mujer”.