En apenas tres meses consiguió bajar 30 kilos sin dietas y sin pasar por el quirófano. ¿Su método? Recurrir a la hipnosis y en ese estado le hicieron creer que le habían colocado una banda gástrica.

Sam pensó en someterse a la cirugía para reducirse el estómago, pero los altos presupuestos superaban sus reales posibilidades. Entonces, decidió recurrir a la hipnoterapia.

Los resultados fueron tan espectaculares que su propio terapeuta se quedó sorprendido. Sam comenzó a someterse a sesiones de 45 minutos y los resultados fueron impresionantes en apenas tres meses.

Ahora usa cuatro tallas menos de ropa y es la mitad de lo voluminosa que era y todo a través del método de engañar a su subconsciente haciéndole creer que le habían instalado una banda gástrica para reducirle el estómago al tamaño de una pelota de golf.

El experto en hipnosis la sometió a una sesión en la que le hacía creer que estaba siendo operada, con la reproducción de olores, sonidos, de un salón de operaciones.