Megan Longdon, de 20 años, llegó a pesar 108 kilos luego de años de comer constantemente comida para llevar, chocolate y papas fritas.

Pero cuando ella orgullosamente asistió a su primera conferencia de la Facultad de Derecho en la Universidad del Oeste de Inglaterra en Bristol, descubrió que se había quedado atrapada en su asiento y que no podía salir.

Megan se vio obligada a esperar en la silla hasta que sus compañeros pudieron ayudarla a zafar.

La humillación, que tuvo lugar a principios del pasado mes de septiembre, hizo que la aspirante a abogada decidiera recortar su ingesta diaria de 3.000 calorías y cambiar su vida, logrando una vertiginosa baja de peso.

Hoy pesa 58 kilos.