En Sacramento, California, existe una chica que tiene una adicción muy rara: no puede parar de comer plásticos. Es como cualquier muchacha, sólo que su alimentación consta de botoncitos de plástico, horquillas, botellas de agua, tapas de plástico, etc.

Kailyn dice “el plástico es algo que quiero y siento que necesito. No es el sabor lo que me gusta, es más bien la textura que se siente, c*omo si fuera suave y áspero al mismo tiempo.”*

Los botones de los controles remotos son su aperitivo favorito y ya llegó a comer más de 60.000 de estos objetos. La hermosa Kailyn tiene un trabajo de moza y admitió que le cuesta mucho y además es estresante, porque está rodeada de los palitos que se usan en los cocteles.

Kailyn es una de las tantas personas que participan en el programa de TLC “My Strange Adiction” (Mi extraña adicción). Lo sorprendente es que pese a su extraña dieta, no se ha enfermado ni padece ningún mal.