Generalmente, estos implantes se localizan dentro de la cavidad pélvica; siendo los ovarios, las trompas de Falopio, el peritoneo que rodea a los órganos pélvicos, los ligamentos posteriores del útero y el espacio recto vaginal los órganos más comprometidos.

Este tejido sufre los mismos cambios que el endometrio normal: crece, se desarrolla, y al terminar el ciclo menstrual sangra dentro de la cavidad pélvica invadiendo tanto los órganos pélvicos como los órganos abdominales produciendo extensas cicatrices, adherencias e inflamación crónica.

En nuestro país, resulta ser muy frecuente, aproximadamente 780,000 mujeres padecen de endometriosis. Es una enfermedad que en la mayoría de casos las mujeres desconocen que la padecen y los médicos en algunas ocasiones no la diagnostican apropiada y oportunamente. La endometriosis puede afectar a una mujer de muchas maneras, como su capacidad para trabajar y tener hijos, sus relaciones con su pareja, sus hijos, amigos y compañeros de trabajo.

Muchas de ellas, sufren de dolores leves, pero otras presentan dolores intensos, motivo por el cual optan por la histerectomía (extirpación del útero) como una salida para calmar los síntomas. La histerectomía implica la extirpación quirúrgica del útero, lo que acaba con las menstruaciones e impide la posibilidad de quedar embarazada.

” Si bien es cierto que en casos muy severos de endometriosis es necesaria la histerectomía sin embargo en la mayoría de casos se podría evitar haciendo diagnósticos oportunos para intervenir oportunamente en sus inicios ó mediante prevención de su aparición “manifestó el Dr. Julio Dueñas, Director Científico de la Clínica de Fertilidad Procrear.

Muchas veces la endometriosis amerita una intervención quirúrgica, que es la mejor manera de eliminar los focos de endometriosis, eliminar las adherencias entre órganos, aspirar la sangre toxica almacenada internamente, pero debería ser de una manera muy conservadora como la Minilaparoscopia (cirugía sin incisiones).