El sondeo estableció que las mujeres sexualmente activas que participaron en el experimento tenían colonias más grandes de microorganismos en su zona íntima, que aquellas que utilizan otros métodos anticonceptivos.

Para esta ocasión, los científicos se centraron en los lactobacillus, un grupo de bacterias que pertenece a la flora natural de la vagina. Estos microbios ayudan a mantener un pH medio de 4,5, comparable a la acidez de cerveza o jugo de tomate.

Este sistema ayuda a bloquear bacterias dañinas que se pueden instalar y causar infecciones como la vaginosis bacteriana, según los investigadores.

Estos microorganismos beneficiosos incluso se han relacionado con una disminución del riesgo de contraer el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

La investigación se llevó a cabo analizando 164 mujeres casadas, de entre 18 y 45 años de edad, que no estaban usando anticonceptivos hormonales. De hecho, de ellas 72 estaban usando condones, 57 estaban usando un dispositivo intrauterino (DIU), y 35 estaban utilizando el llamado método natural, es decir, aquél en que una pareja se abstiene de practicar sexo durante los días fértiles.

Los científicos señalaron que el condón puede ayudar a la vagina a proteger sus ácidos naturales, pues durante la actividad sexual se puede alterar el equilibrio del ecosistema de la zona íntima femenina, porque el semen tiene un pH más elevado (de 7,0 a 8,0).