Se tú misma, tal y cómo eres. Podemos pensar que somos imperfectas, un desastre o que no lucimos bien. La verdadera perfección es aceptar nuestras imperfecciones, a nosotras mismas completamente con todas las cosas que nos gustan y las que no también.

No te tomes muy en serio a ti misma. Suena fácil pero en tiempos difíciles, en los que una pérdida o una enfermedad pueden hacernos perder el humor especialmente si nos enfocamos en los aspectos negativos. Ríete todas las veces que puedas, la risa es curativa.

Conviértete en tu mejor amiga. Nuestra relación con nosotras mismas es la única que tendremos por el resto de nuestras vidas y es la más importante. Tenemos el poder de ubicarnos muy abajo o muy alto, según sea nuestro amor propio.

Medita diariamente. Algunas investigaciones demuestran que la meditación cambia los circuitos en una parte del cerebro que está asociada con la satisfacción y la felicidad, y estimula el deseo de sentirse mejor.

Pérdonate a ti misma. A lo mejor tienes cargo de conciencia por algo que hiciste o que dejaste de hacer en el pasado, te lo reprochas a diario y eso hace que tengas un gran enojo contigo misma. Perdónate por todos aquellos errores que hayas cometido.

Deja el pasado atrás. Ya pasó, si vives en él, jamás vas a saber lo que ocurre en el presente. Alimenta tu mente y tu corazón con los recuerdos lindos, ellos te harán sonreír.