Calienta. No es que haya un calentamiento específico para corredores, pero sí es necesario poner a tono los músculos antes de salir a correr. La mejor forma es empezar la carrera de manera muy suave e ir aumentando poco a poco el ritmo hasta alcanzar el deseado.

Respeta los descansos y no entrenes todos los días. El fisioterapeuta Daniel Martínez Silván, de la Junta Directiva de Sociedad española de Traumatología en el Deporte (SETRADE), insiste en la necesidad de descansar entre entrenamiento y entrenamiento. Como mínimo deberíamos quedarnos dos días en casa aunque lo ideal es adaptar los periodos de recuperación a nuestros objetivos y a nuestras condiciones (laborales, personales, etc.).

Varía los entrenamientos. No todos los días deberían ser iguales ni siempre deberíamos ir por la misma superficie. “Pequeños cambios de ritmo y terrenos variados hacen más entretenido el entrenamiento y reducen el riesgo de lesiones por sobrecarga”, explica Martínez Silván.

Estira al terminar. Es otra manera de reducir la tensión muscular producida durante el deporte y así evitar tirones o lesiones musculares. Basta invertir entre 5 y 10 minutos para lograr recuperar los músculos. Pero no solo hay que calentar después de correr. “Antes del ejercicio lo ideal es realizar un pequeño calentamiento (trote ligero y después realizar los estiramientos”, explica Luis Franco, Secretario General de la Federación Española de Medicina del Deporte.

No te obsesiones. Ni con las competiciones ni con las marcas. Daniel Martínez Silván comprende que a “todos nos gusta mejorar y ganar al amigo, pero no podemos olvidarnos de que no necesariamente corre más quien más entrena, sino quien entrena bien”. Un buen entrenamiento no es hacer muchos kilómetros, es mejor completarlo con otros deportes.