En primer lugar, los alimentos que consumimos cambian y es que tendemos a desear preparaciones calientes, alejarnos de las ensaladas y recurrir a alimentos más calóricos. Ésta puede ser una causa de nuestro aumento de peso si no usamos la creatividad para cocinar con vegetales de temporada y no abandonar las frutas y las verduras en nuestra dieta, procurando consumir semejantes cantidades a las que ingeríamos en verano, cuando el calor ayuda.

Otro de los cambios en el invierno que pueden empujarnos a comer más y menos saludables es el clima frío y las menos horas de luz solar, lo cual está demostrado, influye sobre nuestro estado de ánimo llevándonos a escoger alimentos con más grasa o azúcar.

Por otro lado, en invierno es frecuente reducir el nivel de actividad física a causa del clima frío que nos empuja a quedarnos en el calor del hogar y ésto, puede ser otro factor que nos lleve a ganar peso. Para solucionarlo, debemos encontrar actividades de invierno que nos motiven a ejercitarnos, pensar que realizar actividad física en invierno nos favorecerá en verano, para llegar en forma y sin esfuerzo a esta época del año. Además, ejercitarnos puede levantar nuestro estado de ánimo y ser una buena forma de entrar en calor cuando hace frío.

Algunos consejos

Prácticos tips nutricionales:

Consumir ensaladas calientes, wok, cazuelas, salteados en lugar de ensaladas frías.

Los guisos (lentejas, arroz) combinarlos con verduras y carne magra.

Incorporar comidas calientes (bife a la criolla, zapallitos rellenos, puchero).

Las pastas combinarlas con vegetales (brócoli, espinaca).

Consumir líquidos calientes que dan mucha saciedad (caldo, té, café con leche).

Las frutas se pueden consumir en compota, al horno o en puré.

Evitar el agregado de queso a las preparaciones.

Evitar el consumo de pan en las comidas.

Consumir un plato y no repetir.

No realizar comidas fritas.

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