Alcachofas. Los alimentos fermentados como el yogur son perfectos cuando se trata de perder peso por su carácter probiótico, porque aportan bacterias saludables para el intestino y ayudan a mejorar la digestión y a acelerar el metabolismo, asegura la dietista Melissa Halas Liang, fundadora de SuperKids Nutrition. Las alcachofas son una fuente ideal de prebióticos, al igual que otros alimentos ricos en fibra soluble como los copos de avena o el puerro.

Agua. Sí, sabemos que no es precisamente n alimento, pero beber agua frecuentemente evitará que confundas la sed con el hambre tal y como asegura Keri Gans, autora de The Small Change Diet. “El agua te llena, por lo que comerás menos”. Beberla fría, además, acelerará un poco tu metabolismo (unas 50 calorías diarias si bebes seis vasos fríos de agua) de acuerdo a un estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.

Chocolate. No es demasiado bueno para ser verdad. Un estudio reveló que aquellas personas que comen chocolate de manera habitual están más delgadas que las que no se dan un capricho nunca. “Cuando te privas a ti misma, estás condenándote a comer más de lo que necesitas”, asegura Gans. “SI eliminas el factor culpa, hay más posibilidades de que comas chocolate con moderación y sólo hasta que estés satisfecha”. Otra teoría que favorece el consumo de cacao consiste en que incrementa los niveles de serotonina y dopamina en tu cerebro, las hormonas del bienestar que tienen un efecto calmante.

Almendras. Son altas en proteínas y aportan gran cantidad de fibra además de grasas saludables. Prolongan la sensación de saciedad y un estudio publicado en el diario Obesity demostró que las personas que las consumen dos o más veces a la semana son menos propensas a engordar que las que no. Aunque los frutos secos son muy calóricos, algunos estudios sugieren que el cuerpo sólo absorbe un 15% de esas calorías.

Requesón. “Dudo que exista un queso más saciante, y tiene muchas proteínas y calcio”, asegura Gans. “Recomiendo uno bajo en sal para evitar la retención de líquidos”. En su versión baja en grasas, el requesón puede ser un poderoso alimento adelgazante: la Universidad de Tennesee realizó un estudio en el que se demostró que las personas que comen entre tres y cuatro raciones de lácteos ricos en calcio podían ingerir entre 150 y 200 calorías más que aquellos que consumían menos cantidad sin ganar peso. Otros estudios relacionan los bajos niveles de calcio en el cuerpo con un aumento de la grasa corporal.

Aguacate. Es uno de los alimentos revelación de los últimos tiempos. Suprimido durante mucho tiempo por su aporte calórico, sus grasas saludables se han convertido ahora en el ingrediente clave de cualquier dieta de adelgazamiento. Además, contienen L-carnitina, un aminoácido que ayuda al correcto funcionamiento metabólico.

Frutos rojos. Son perfectos aliados de las dietas para perder peso porque te mantienen llena durante más tiempo. “Tienen más de un 85% de agua y 8 gramos de fibra por ración”, asegura Gans.

Huevos. Las personas que consumen más proteínas durante el desayuno se sienten más satisfechas a lo largo de la mañana y tienden menos a caer en la tentación de la comida rápida.

Espinacas. “Puedes comer grandes cantidades de vegetales y aun así aportarán menos calorías que la mayor parte del resto de alimentos”, afirma Gans. “Las espinacas en particular son una buena opción porque tienen hierro, que mantendrán altos tus niveles de energía, permitiéndote hacer mejores elecciones de comida”. El hierro es también necesario para llevar oxígeno a las células, que necesitan como fuente de energía y para quemar grasa. Para las mujeres, la cantidad diaria recomendada de hierro es 18 miligramos, y una ración de espinacas aporta 6. Alíñalas con limón para ayudar a tu cuerpo a absorber sus minerales.

Pepinillos. “Son un snack perfecto porque satisfacen el antojo de algo crujiente o salado, pero tienen tan pocas calorías que quemarás más de las que te aportan mientras los digieres”, afirma Gans. Apuesta por unos bajos en sal.