Muchas apostaron por lo mismo: Larguísimas colas, plumas, costosísimas telas y vestidos Haute Couture, pero no tuvieron mucha suerte.

La británica Cheryl Cole fue una de ellas. Su vestido de Stephane Rolland en blanco y rojo fue, cuando menos, desagradable. Parecía un acto de ilusionismo en el que David Copperfield arruinó el truco, desapareciendo sus piernas y mimetizándolas con la alfombra roja.

La súper modelo Karolina Kurkova también dio de qué hablar por su vestuario nada convincente. Su traje Roberto Cavalli parecía de cuatro o tres temporadas pasadas, muy poco tiempo para considerarlo vintage.

Naomi Watts, quien siempre se caracteriza por hacernos delirar con sus looks, esta vez perdió el norte. Aunque haya elegido a Marchesa, una de las casas de moda más solicitadas para las alfombras rojas, el color y el estilo vaporoso de su traje le sumaron varios años.

Freida Pinto lució infantil y hasta ridícula con su vestido rosa de Versace. Fue una sorpresa que aparezca con este look, ya que muchos esperamos algo mucho más glamoroso.

La actriz rusa Eleina Lenina bien podría hacerle competencia a Lady Gaga o Elena Bonham Carter. No sabemos si en su invitación el tamaño de la letra era muy pequeño y en vez de leer Cannes, se confundió con Grammys. Una versión ridícula de “Mi bella genio”.

Fuente: E! Online