Robyn Lawley logró concretar sus aspiraciones de modelo “común” cuando la contrataron para ser modelo de talla grande. La joven mide 1,82 m y pesa 81 kilos. Más allá de las apariencias, si de salud se trata, sus medidas dan un IMC (índice de masa corporal) de 24, lo que la califica como normal. Es decir, la modelo considerada apta solo para desfilar talles XL, tiene medidas normales.

El mensaje de Lawley es no tratar de perder peso sin razón, sino aceptar el peso natural, teniendo en cuenta las formas del propio cuerpo y la estructura ósea.

Robyn Lawley no está gorda. Puede que sus rotundas medidas (99-78-106) desafíen la redondez numérica del 90-60-90 pero, con su sola presencia en la industria, esta australiana demuestra que no hay cifra que mida la belleza.

No en vano su trayectoria viene marcada por sus curvas, de las que habla y se siente orgullosa. Gracias a ellas se pasea por lo editoriales de las revistas de moda de todo el mundo y se codea con las número 1 de la pasarela, una tarea aún pendiente en su impresionante currículum.