Irina Shayjlislamova fue descubierta por un caza talentos a los 18 años y ahí comenzó su camino en el mundo de la moda. La travesía no fue fácil, sólo hablaba ruso y se enfrentaba a un mundo en que todo era en inglés. Le costó mucho aprender el idioma y por fin lo logró.

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La modelo rusa se siente muy orgullosa de lo que ha logrado y recuerda que en los inicios de su carrera ganaba el dinero justo para comer y vivía en un departamento muy pequeño.

En 2007, al participar en una clase de modelaje, su belleza y porte conquistaron a los ejecutivos de la firma de lencería Intimissimi , quienes no dudaron en ficharla como imagen de la marca. Los logros no pararon ahí, Sports Illustrated también la incluyó en su calendario en el grupo de modelos novatas.

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También ha sido portada de Elle, Harper’s Bazaar, Vanity Fair, Vogue… Ha protagonizado campañas publicitarias para Guess, Lacoste y La Perla, y ha sido embajadora de la firma italiana Intimissimi.

Ahora vive entre Madrid y Nueva York, donde tiene una casa en el Village valorada en dos millones de euros. Habla casi siempre en inglés, su segundo idioma tras el ruso, aunque se defiende con el francés y cada vez más se atreve con el castellano.