Diversos estudios realizados demuestran que las personas con obesidad tienen un 50% más de posibilidades de desarrollar la aparición de varices que las personas normales.

Es aconsejable en cualquier tratamiento que se inicie para combatir las varices que, siempre que pueda, ande descalzo sobre el suelo natural y que el calzado sea amplio, con suela fina y suave.

El taco debe tener de 3 a 4 centímetros. Los tacos no deben ser ni demasiado altos ni bajos para ayudar al máximo el funcionamiento de la bomba muscular de la pantorrilla y el aplastamiento del tejido esponjoso de la planta del pie.

La ropa tiene que ser amplia, suave y ventilada. Las fajas y las ligas que dificultan la circulación a la altura de los muslos están proscriptas en cualquier tratamiento para la eliminación de las varices.

La aparición de varices es evolutiva y progresiva, por lo que se impone, una vez concluido el tratamiento para la corrección de las varices, una consulta anual de control permitiendo al especialista actuar precozmente sobre alguna varice incipiente.

Evitar la permanencia prolongada en posición de pie es de vital importancia para evitar la aprición de várices, además se debe adquirir la costumbre de realizar caminatas diarias de media hora y practicar algún deporte los fines de semana.

Las mujeres dedicadas a las tareas hogareñas deben evitar las prolongadas estancias de pie lavando, planchando o cocinando. Lo mejor es acostumbrarse a realizar breves interrupciones en estos trabajos cotidianos caminando durante algunos minutos para retornar luego a estos menesteres.

Evitar fuentes de calor excesivo La calefacción por loza radiante es nociva, pero pueden atenuarse sus efectos con la colocación de alfombras. No es recomendable una excesiva exposición al sol, principalmente en posición inmóvil.