La mayoría de las veces, no es algo que pase a segundo plano, y menos aún cuando estamos en plan de conquista o con ganas de acalorar un encuentro que se las trae.

Negro, sensual y misterioso. Por un lado, es un color que estiliza y ayuda a disimular esas imperfecciones que a veces molestan. Pero, además, denota la elegancia natural de quien lo viste.

Blanco, sencillez y dulzura. Suele ser el favorito de las mujeres clásicas y poco “lanzadas”. Naive y sweety, no es el indicado a la hora de seducir.

Rojo, pura pasión. Es perfecto para las mujeres activas, atrevidas y que se llevan el mundo por delante. Así como el negro aporta un toque de misterio, éste inspira erotismo absoluto.

Natural, aburrido y anti-sexy. Es el tono favorito de las mujeres prácticas pero resulta demasiado poco excitante.

Rosa, romanticismo pleno. Románticas pero picantes a la vez, las que usan este tono disfrutan de dar una imagen infantil y juguetona en la cama. Toda una estrategia de seducción con un encanto particular.

Azul, tranquilidad natural. Es la tonalidad favorita de las mujeres relajadas y seguras de sí mismas. Es la opción perfecta para tomar la iniciativa en una noche de caricias, abrazos y ternura.

Amarillo, felicidad total. No es un tono típico para la ropa interior, pero es el elegido por mujeres alegres, desinhibidas, modernas y libres.

Verde, independencia y naturalidad. Tampoco es un color lencero habitual, pero es el favorito de las más osadas e independientes. Lo lucen con mucha seguridad.

Gris, triste y apagado. Es el elegido por las mujeres que adoran pasar desapercibidas. Es un tono súper apagado que revela cierta tristeza y mucha quietud.