es una de las casas de modas más famosas del mundo y que desde sus inicios en se caracterizó por lanzar colecciones vanguardistas. Es así que, más de 100 años después, la marca sigue manteniendo su estilo y demostrado su amor por la ciudad luz.

Y es que para presentar su última colección otoño – invierno, , su diseñador más famoso, decidió construir una copia de la Torre Eiffel en el Grand Palais o Gran Palacio (es uno de los edificios más famosos de la capital de Francia)

De esa manera, en la pasarela, los asistentes podían sentir el espíritu parisino en cada uno de los trajes y deleitarse con bellos vestidos que estuvieron inspirados por las pinturas de , uno de los representantes del arte abstracto en Francia, quien además dedicó buena parte de su obra a representar paisajes parisinos.

Los detalles cubistas de Delaunay, sus líneas de color y sus semicírculos se apreciaron en una serie de vestidos rectos con un corte ligeramente años 20, a la altura de la rodilla, decorados con pedrería y lentejuelas.

Para la silueta, recuperó las mangas globo, para redondear los hombros, una de las formas favoritas de la marca durante los últimos años.

Además de los famosos trajes en tweed, presentados esta vez en conjuntos de chaqueta y pantalón o largas faldas tubo, siempre en gris, los vestidos de noche se llenaron de reflejos brillantes como un espectacular modelo palabra de honor con guantes.

Los diseños estuvieron acompañados por un sombrero estilo bombín con ala redonda y botines de charol con cristal transparente, así como altas botas mosqueteras.

Con información de EFE