Gisele Bündchen. Al inicio de su carrera, la brasileña era criticada por su nariz ancha y su rostro cubierto de pecas. Fue duro para ella pero su padre la apoyó para que siguiera adelante. Además, la brasileña asegura que su madre le enseñó que la verdadera belleza era lograr armonía entre el cuerpo y el alma.

Rosie Huntigton-Whiteley. Fue ángel de Victoria’s Secret y ahora tiene una exitosa carrera en solitario. Cuando comenzó su trabajo como modelo, un agente intentó convencerla de que sólo debía comer una pieza de sushi para conservar la figura. La británica lo mandó al demonio.

Kate Upton. Hoy es el “bombón americano”, aunque unos años atrás Victoria’s Secret la consideraba vulgar y no apta para su pasarela. En los castings le decían que estaba gorda y que tenía el tipo clásico de la mujer americana: floja.

Coco Rocha. Aún pesando 48 kilos y con una estatura de 1.78, muchos le pedían a la canadiense que adelgazara más para poderla subir a una pasarela. Desde luego, ella se negó por cuestión de salud.

Heidi Klum. La rubia siempre ha tenido una figura curvilínea y en sus inicios le exigieron cortarse el cabello y adelgazar, ella se negó porque consideró que con su figura podría triunfar y lo logró.

Kate Moss. La han acusado de promover una belleza ligada a la anorexia, aunque en realidad en los inicios de su carrera tuvo que pasar hambre. La modelo ha confesado que una de las pocas personas que la llevó a comer fue Carla Bruni, exrprimera dama de Francia y ex modelo.

Irina Shayk. Ahora se da el lujo de rechazar millonarios pagos por posar desnuda pero antes pasó hambre y pobreza. En sus inicios como modelo no tenía para comer y a veces se subía al transporte público sin pagar.