Rubias, aparentemente frías y con talento: así eran las heroínas que volvieron loco a Hitchcock, inspirándole con su belleza atemporal para crear obras maestras del cine como Crimen perfecto. Precisamente, fue en esta película sobre intrigas maritales y planes de venganza donde Grace Kelly se convirtió en una de las actrices imprescindibles de Alfred. Y del resto del mundo.

¿Las claves de su look? En primer lugar, una melena de película: a la altura de la mandíbula, ligeramente ondulada y con raya lateral. Tal vez, su peinado reflejase todo aquello que quería ser América en los años 50, cuando ser una buena chica estaba tan de moda como el New Look de Dior o anudarse un pañuelo a la cabeza para ir de picnic.

Hasta que su magia platino se trasladó al Principado de Mónaco por amor. Entonces, Grace Kelly también comenzó una lucha interna entre sus deberes como princesa y su vocación de actriz. Siempre sin despeinarse.

Para recordarla en el día de su cumpleaños, repasamos algunas frases que la hicieron aún más famosa.