El aprobó hoy una reforma del código penal del Vaticano que amplía la definición de los delitos contra los menores con actos como la inducción a la prostitución, actos sexuales con menores de edad y posesión de pornografía infantil.

La modificación, que se realizó mediante un (documento papal), también introduce el delito de tortura y suspende la cadena perpetua, reemplazándola con penas de 30 a 35 años. La Santa Sede se rige desde 1929 por el , que tiene importantes lagunas respecto a las legislaciones de la comunidad internacional, .

La reforma también introdujo figuras delictivas concernientes a delitos contra la humanidad, imponiendo penas específicas contra crímenes como genocidio y apartheid y adecuando el capítulo de delitos contra la administración pública a la .

Esta modificación sigue la línea establecida por Benedicto XVI, quien en julio de 2010 aprobó una reforma que ampliaba 20 años el tiempo disponible para denunciar los abusos de curas a menores e incluyó como delito la posesión de pornografía infantil, .

Están sujetos a estas reglas todos los funcionarios del Vaticano, los empleados de la curia, el nuncio apostólico, el personal diplomático y todos los empleados de organismos e instituciones relacionados al gobierno de la Iglesia católica.