La cadena ABC informó este lunes que la edición 87 de los premios Óscar, que coronó al director mexicano Alejandro González Iñárritu por ‘Birdman’, perdió un 16,3% de televidentes en Estados Unidos a comparación del año pasado.

Alrededor de 36,6 millones de personas siguieron las más de tres horas y media de que duró la ceremonia realizada en el teatro Dolby de Los Ángeles, el peor dato de los últimos seis años, de acuerdo a la referida señal.

En la gala de 2014, que fue animada por la carismática Ellen DeGeneres, se registró una audiencia de 43,7 millones de personas en territorio estadounidense.

La prensa norteamericana asegura que, en parte, el bajón de audiencia se debió a la parca conducción de Neil Patrick Harris, actor estadounidense que por primera vez se encargó de animar el evento más importante del cine mundial.

A pesar de que inició bien participando en un divertido musical, a medida que fue pasando el tiempo su performance se tornó demasiado seria y rígida, características que no lograron convencer a la teleaudiencia.

El diario The New York Times calificó su actuación de “poco estimulante” y señaló que fue “un esfuerzo” seguirla.

The Washington Post consideró de su lado que Harris “no pudo ofrecer toda la emoción necesaria para seguir las tres horas y 38 minutos de gala de los Óscar sin bostezar”.

Además, Neil Patrick Harris, a diferencia de Ellen DeGeneres, no interactuó tanto con los invitados y hasta hizo una serie de comentarios poco oportunos que no fueron bien recibidos.