Las provincias del norte de Lima se han convertido en una plaza en desarrollo para conciertos y otros espectáculos. La llegada a Huacho de la cantante el próximo 1 de marzo, la apertura de un mal y de discotecas son pruebas de este cambio.

El gerente de , Leonardo Castro, aseguró que para el concierto de Rosenvinge espera recibir en la discoteca Ophera de Huacho a 3.000 personas, el doble de las que estima que habrá en la presentación de la cantante en el centro de convenciones Scencia de La Molina, indicó el .

El concierto en el norte chico demanda una inversión de US$20 mil y las ganancias serán divididas en partes iguales entre la productor a y la discoteca, que ha cedido el espacio y sus equipos. En Lima, la producción demanda cerca de US$30,000.

Castro cree que el mejor negocio no es traer al artista más caro, sino pagar a un artista barato, con el que público responda más. Así, es posible generar rentabilidad en cada show y no solo a fin de año, como suele suceder en los shows de gran magnitud.

De otro lado, Castro, que traerá a la cantante española Bebé y ya negocia la llegada de Andrés Calamaro, considera que “en el Perú, la competencia entre empresarios es fuerte, pero no entre proveedores, lo que eleva los precios de producción”.