La revista consideró que hubo una combinación de corrupción y prebendas en la designación de la FIFA de Qatar como sede del Mundial de fútbol de 2022. El semanario presentó .

La publicación señala que esta designación “desprende un olor de escándalo que obliga a plantearse la única pregunta posible: ¿debe ser anulada esa votación?”. Para apoyar sus sospechas, cita un e-mail interno en la FIFA en el que el secretario general, Jérôme Valcke, declara: “Han comprado el Mundial 2022”. Luego este dijo que fue “una broma y una declaración jocosa”.

El semanario cita también al suizo Guido Tognoni, excluido de la FIFA en 2003, que estima que “existen fuertes sospechas de arreglos” en torno a miembros de la FIFA que votaron el 2 de diciembre de 2010 por Qatar, cuya candidatura estaba apoyada en un presupuesto de US$35 millones de euros.

Al ser interrogados por la publicación, los organizadores del Mundial 2022 declararon: “Hemos obtenido la organización respetando de principio a fin los más altos estándares de ética y de moral, como estaban definidos en los reglamentos”. La FIFA aún no se ha pronunciado al respecto.