El ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, diferenció las actividades de espionaje de su país, entre 2003 y 2004, de las interceptaciones a líderes políticos por parte de la (NSA) de Estados Unidos.

Según informó la , Cardozo afirmó que los agentes de la (Abin) que siguieron y fotografiaron a los funcionarios extranjeros “sí actuaron dentro de la ley”.

En ese sentido, el lunes el Ministerio de Seguridad Institucional, al que la Abin está subordinada, reconoció las operaciones, pero observó que “todas fueron hechas de acuerdo a la legislación brasileña”. El Gobierno afirmó que se trató de operaciones de contraespionaje “con el objetivo de proteger secretos de Estado”.

El diario reveló testimonios de agentes de inteligencia que participaron en el seguimiento a los diplomáticos de los mencionados países durante el primer gobierno de Lula da Silva.

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