Enrique Peña Nieto lamentó la muerte del escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien en una de sus últimos textos se solidarizó con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, México.

El presidente, en su , calificó al fallecido como un “dueño de su libertad, generador de ideas, maestro de muchas generaciones de jóvenes”.

Peña Nieto se sumó a las manifestaciones de otros mandatarios de la región, como el boliviano Evo Morales y la brasileña Dilma Rousseff.

“Los huérfanos de la tragedia de Ayotzinapa no están solos en la porfiada búsqueda de sus queridos perdidos en el caos de los basurales incendiados y las fosas cargadas de restos humanos”, escribió Galeano en una columna de el 4 de diciembre.

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En ese artículo Galeano fue duro con Peña Nieto, al que sindicó de sordera hacia los sectores afectados por la violencia y de disfrutar del poder.

“El presidente condenó la violencia y otros actos abominables cometidos por los que no respetan la ley ni el orden, aunque no aclaró que esos maleducados podrían ser útiles en la fabricación de discursos amenazantes”, añadió.