Solo en España se pueden ver en una misma plantilla a tantos futbolistas españoles. Y ni eso. Hay equipos de la Liga Española que tienen menos de este país que el AEK Larnaca, equipo dirigido por Thomas Christiansen y que ha encontrado una fórmula de éxito efectiva y económica.
Las jornadas de futbolistas sin equipo que organizó la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) ese verano fueron las culpables de la gestación de un club especial. Basta con comprobar la alineación en el derby de la ciudad. Había siete españoles en el once inicial. Después, un octavo, saltó desde el banquillo en la segunda parte del AEK Larnaca vs. Anorthosis que acabó 1-0 para los primeros. Aquello parecía un España vs. Chipre.
Uno de los culpables de esa situación es Xavi Roca, director deportivo del club chipriota, que, tras concretar su fichaje por el AEK Larnaca, contrató a Thomas Christiansen para ponerle al frente del banquillo en su nueva aventura. Ambos coincidieron en aquellas jornadas de la AFE y juntos iniciaron un proyecto curioso. No tardaron mucho en comenzar a fichar españoles.
“Antes de llegar había tres jugadores. Después fichamos al resto. La situación económica está afectando a todos los equipos. Roca tiene mucho conocimiento de todas las categorías de la Liga. La capacidad económica que tenemos para traer gente es limitada. Con jugadores de otros países que no sabes como son, es arriesgarse un poco. Optamos por coger de los que sabemos lo que nos pueden aportar”, afirmó Christiansen.
Los nombres de los implicados en esta historia no son muy conocidos. No resuenan como los de Cristiano Ronaldo o Lionel Messi, pero se han buscado la vida fuera de un país acuciado por la crisis. Son como muchos jóvenes españoles que han tenido que buscarse la vida fuera. Son una consecuencia de la crisis. El despilfarro y la burbuja futbolística también afectaron al fútbol, se acabaron los dispendios y muchos se han ido.
Son José Kante Martínez, Miquel Massana, Joan Tomás, Juan Manuel Palazón, Jorge Larena, Ander Murillo, David Catalá, Armando Sipoto y Toño Martínez. Trabajan a las órdenes de Christiansen, que se ha rodeado de colaboradores españoles como Julio Bañuelos e Iván Torres Abad, todos dentro del proyecto del director deportivo Xavi Roca.
“Hay muchos españoles. Hay mucha gente en paro. Yo, por ejemplo, que me he buscado la vida. Mi primera experiencia como primer entrenador ha tenido que ser en el extranjero. Para varios jugadores es una oportunidad para volverse a reenganchar y volver a sentirse futbolistas con unas condiciones mejores de lo que tienen en España”, añade Christiansen, que tuvo una extensa carrera como futbolista y que llegó a ser internacional con España. Estaba en paro después de ser el segundo de Luis Milla en el Al Jazira. Ahora triunfa en Larnaca.
Su equipo marcha cuarto en la Liga de Chipre. Ha plantado cara a los grandes del país, con victorias importantes ante clubes como el Apollon (2-5 y 3-1) o empates espectaculares como el que logró ante el APOEL (4-4). Pero, ¿hay mal ambiente en el vestuario, con la prensa o el público por la presencia de tantos españoles?
“En un principio es una ventaja por el tema de la comunicación. Cuando las cosas van bien es todo bonito, pero si van mal y pongo a españoles, dirán que juegan porque son de donde son. Así no son las cosas. Pongo a los que mejor están en esos momentos y al que mejor rendimiento me dan”, afirma Christiansen.
Miquel Massana, un centrocampista que también fue reclutado por el club chipriota después de las jornadas AFE, tiene una opinión semejante a la de su entrenador. De momento, no hay ningún conflicto.
“El tema de la gestión lo lleva muy bien Christiansen. No hemos tenido ningún conflicto por los buenos resultados. No hay división en el vestuario, pero claro, somos nueve españoles, más dos brasileños y un argentino, que hablan español y nos comunicamos en nuestra lengua. También hay chipriotas y griegos, de momento no tenemos ningún problema. Estamos muy bien”, dice Massana.
El jugador del AEK reconoce haber sufrido algún impago cuando trabajó en España. Le pasó en el Lleida y algunos de sus compañeros en su actual club también sufrieron la dureza de la crisis económica. Ahora está encantado en Chipre, con un país que ha acogido a todos con los brazos abiertos.
“Hay intermediarios españoles que están instalados en Chipre para traer jugadores aquí. Desde fuera, la gente piensa que la liga chipriota es una ruina. Pues no, es una liga muy competitiva y atractiva. El APOEL hace dos años estuvo en octavos de la Champions League. Además, no hay impagos y la cosa va bien”, indica Massana.
“En nuestro caso, en España hay crisis y nos hemos buscado opciones en el extranjero. Gracias a que la selección creció tanto y se ve con buenos ojos, pues eso abre puertas también”, añade.
En el terreno de juego la comunicación es fácil. El idioma no es un problema. El español es el pan de cada día. Eso une y hace las cosas fáciles. Mientras, Christiansen solo pone a los mejores, no quiere tirarse piedras sobre su propio tejado en un club en el que un tercio de la plantilla esta compuesta por jugadores de un mismo país.
“Si pongo a ocho españoles y perdemos cinco partidos seguidos, el que está en la calle otra vez soy yo. Busco siempre lo mejor para el equipo. Si los españoles me dan lo que quiero sobre el terreno de juego, pues mejor. Pero no tengo preferencias”.
Así funciona el AEK. Con buen rollo, como explica su entrenador. Todo carbura en Chipre, el país que más futbolistas acoge de España. Es el refugio de la crisis. Y el AEK se lleva la palma. Ningún club en Europa ha conseguido reunir a tantos españoles en un mismo vestuario.