Primero fue el alboroto en las afueras del estadio , luego pasó de todo adentro. Cientos de hinchas irrumpieron los entrenamientos dirigidos por Sergio Markarián .

La gente quería guardar silencio, sin embargo no lo podía hacer ya que cada vez que Vargas, Guerrero y Pizarro tocaban el balón gritaban con euforia apoyando a los seleccionados.