El asesinato de ocho integrantes de un grupo ultra del Corinthians, uno de los clubes de fútbol más populares de Brasil, fue ordenado por un comando del crimen organizado “que actúa dentro y fuera de las prisiones del estado de Sao Paulo”, informó la Policía Civil.

El crimen sucedió pasadas las 23.00 hora local del sábado (02.00 GMT del domingo) frente a la sede del grupo, llamado Pavilhão Nove, ubicado en la ciudad de Sao Paulo, cerca del límite con el municipio de Osasco.

Según la Policía, tres hombres armados irrumpieron en la sede del grupo ultra el sábado y mataron a tiros a las ocho personas, de entre 19 y 38 años, por un supuesto ajuste de cuentas relacionado con drogas, puesto que dos de las víctimas tienen antecedentes por narcotráfico.

Los agentes a cargo de la investigación identificaron a dos de los tres supuestos asesinos.

Siete víctimas murieron en el acto y el octavo, que resultó herido, trató de huir, pero cayó al suelo en una gasolinera cercana y fue trasladado al hospital de las Clínicas, donde murió.

La matanza ocurrió un día antes del derbi ante el Palmeiras por una de las semifinales del regional Campeonato Paulista, en el que el Corinthians perdió en su patio por tandas de penales después de igualar 2-2 en el tiempo reglamentario ante su tradicional rival.

Entre las víctimas estaba uno de los barras brava que estuvo preso en Bolivia en 2013, junto a otros once hinchas del equipo, acusados por la muerte de un menor de catorce años impactado por una bengala lanzado por los brasileños durante un partido de la Copa Libertadores de ese año ante el local San José de Oruro.

EFE