Las obras continúan en la primera etapa, que consiste en la preparación del predio, aspecto que incluyen los trabajos de movimiento de tierra y nivelación del terreno.

Las máquinas amarillas y negras, como no podía ser de otro modo, trabajan incansablemente junto a los obreros que, salvo algunos días en los que tuvieron que interrumpir su labor debido a las lluvias, no se han detenido en busca del avance de la construcción.

Una vez que finalicen los trabajos de nivelación y preparación del terreno, la empresa constructora dará el paso a la segunda etapa del proceso de construcción: la edificación.