El fútbol desata pasiones y puede provocar las peores reacciones de los jugadores, aficionados, técnicos y demás involucrados.

En este partido entre adolescentes se da un caso extremo de inexplicable violencia contra un rival.

Un joven pierde los estribos hasta en tres oportunidades y agrede a los rivales de una forma inusitada lo que genera la reacción de los compañeros de equipo y de los padres de familia en la tribuna que le gritan de todo.

El joven reacciona primero con un manotazo al defensa rival quien se cae por el golpe, luego una vez expulsado, le tira una patada en el suelo al jugador al que ya había agredido y para finalizar su minuto de violencia le tira un puñete a un compañero del agredido quien había ido a reclamar su pésima actitud.