En el inicio del partido, a los 15 minutos los uruguayos quedaron con el grito de gol atragantado cuando Godín recogió un rebote dentro del área y mandó el balón por encima del portero Navas, pero la diana fue bien anulada por claro fuera de juego.

Apenas cinco minutos después, a los 22, tras un nuevo lanzamiento de falta de Forlán, Junior Díaz abrazó a Lugano dentro del área, como si fueran dos amigos que no se verán por mucho tiempo. El alemán Felix Brych marcó la pena máxima y Cavani se encargó de marcar el primer gol.

El remate, bajo y colocado del goleador del París Saint Germain superó la resistencia del portero costarricense, que adivinó el recorrido pero no pudo detenerlo.

Costa Rica respondió con un gran remate de Joel Campbell, que por fortuna para el meta uruguayo no encontró la dirección deseada, pero el balón se fue cerca del poste izquierdo de su portería.

El encuentro cambió la decoración a los diez minutos de la reanudación en una gran cabalgada de Cristian Gamboa por la banda derecha. Con velocidad y entrega recogió el balón casi en la línea de fondo, centró, falló la defensa uruguaya, Campbell recogió el balón y remató con suma potencia dejando parado a Muslera. Gran gol.

Fue un empate muy festejado por los costarricenses y aviso de lo que vendría poco después. Los uruguayos sintieron el mazazo, y mientras se frotaban los ojos para entender que estaba sucediendo llegó el segundo golpe, casi de nocaut.

Tras un nuevo envió aéreo hacia el área uruguaya, en una falta, en el minuto 57, González le ganó la posición a Godín y su cabezazo, colocado, dejo nuevamente sin reacción al portero uruguayo y la sorpresa comenzó a consumarse.

La guinda del pastel para Costa Rica fue obra del recién ingresado Marcos Ureña, quien marcó con un toque colocado desde la banda derecha frente a la salida desesperada del portero uruguayo.

Uruguay, que sigue sin poder ganar en un debut de un Mundial desde México 1970 cuando venció a Israel por 2-0, estaba definitivamente k.o. en plena fiesta costarricense.

EFE