Argentina y Suiza estuvieron a dos minutos de irse a los penales, pero un gol de Ángel Di María tras una gran jugada de Lionel Messi puso el único tanto del partido a los 118 minutos. De esta forma, se enfrentará al ganador del partido entre Bélgica y Estados Unidos.

La Albiceleste, como en el resto del Mundial, tiró de individualidades a falta de juego consistente. Messi y Di María, sus estiletes, se encontraron cuando los penaltis eran irremediables. El rosarino culminó con clase una incursión de la estrella del Barcelona.

El alemán Ottmar Hitzfeld puso a cinco centrocampistas y a cuatro defensas que gravitaban en torno del as argentino. Cuatro helvéticos, le rodearon en varias ocasiones. Pocas veces se despegó de esa tela de araña, sobre todo en el primer tiempo.

Con Fernando Gago y Javier Mascherano en la sala de máquinas de Argentina, la conexión con Higuaín o Messi era una quimera. Partida como queda la medular de Argentina, la Pulga no tenía más remedio que bajar a recibir. Pero en el centro del campo le esperada la emboscada suiza.

En una ocasión escapó a ella en los primeros 45 minutos. Como practica en el Barcelona, explotó el juego interior con paredes cortas hasta llegar al punto de penalti. Allí abrió para Ángel di María, que disparó flojo.

El extremo de Rosario estaba a pierna cambiada, en la derecha, después de intercambiarse con Ezequiel Lavezzi.

La inconsistencia argentina la aprovechó el Messi suizo, otro zurdo de 1,69 metros con quilates de fútbol. Xherdan Shaqiri. La joven estrella del Bayern Múnich estuvo en todas. Absorbió el frente de ataque helvético y sirvió dos excelentes oportunidades en el primer tiempo.

Regateó con habilidad a su par y, desde la derecha, sirvió a Xhaka. Con todo a favor, incluso un balón raso cerca del punto de penalti, los pies de Sergio Romero se entrometieron.

La flagrante ocasión hizo saltar los ánimos del público brasileño, que siempre dio aliento a los chicos de Hitzfeld, apoyados por pocos hinchas helvéticos en las gradas. La rivalidad regional entre brasileños y argentinos no se olvida.

Shaqiri quería ofuscar a Messi. Por eso, brindó un magnífico pase al ariete Josip Drimic que le puso cara a cara con Romero. El delantero del Nuremberg y el portero argentino estuvieron cada cual peor.

Romero, por quedarse clavado y no salir, y Drimic, por intentar un remate bombeado ante un portero de 1,92 metros que no se había echado al suelo.

Antes del descanso, el central Ezequiel Garay casi conecta un cabezazo al saque de esquina botado por Messi.

Al intervalo, Di María regresó a la izquierda y Lavezzi, a la derecha. Argentina acosó al país alpino. Higuaín cabeceó en escorzo y forzó a Benaglio a una excelente estirada. Leo Messi estuvo a un palmo de derribar la cerca suiza. El poderoso remate se le escapó por encima del larguero.

Así se fueron a la prórroga. La piernas pesaban para las dos selecciones. Ni la entrada del creativo Rodrigo Palacio dio el lustro necesario a los argentinos. Los helvéticos respiraron un poco por el bajón físico de sus adversarios.

Fue entonces cuando Suiza se gustó. Ante un desfondado rival, triangularon en el centro del campo con Shaqiri como maestro de orquesta. Los ‘olés’ del público (brasileño) celebraban ver a Messi, Higuaín y compañía correr detrás del balón.

Argentina quiso resolver antes de la tanda de penaltis. Di María, cuya energía es inagotable, cargó contra Benaglio. El meta voló para sacarla a corner. El jugador del Real Madrid fue quien más se ofreció en el repecho final, cuando nadie tenía aliento.

Messi, cómo no, rompió por el centro y, poco egoísta, abrió para la derecha. Di María ejecutó raso y puso a Argentina en los cuartos en el 118. Aunque Dzemaili casi lleva el encuentro a los penaltis. Su cabezazo dio en el poste. Un libre directo en el 120 puso el nudo en la garganta de Argentina, pero el disparo de Shaqiri golpeó en la barrera.

EFE