Si bien los aztecas han perdido precisión y buen juego en esta última etapa eliminatoria, la entrega y lucha de sus jugadores se mantiene intacta y es lo que siempre lo convierte en un rival peligroso.

México es de los equipos que siempre busca presionar y desgastar al rival, aunque eso parece haberle restado claridad y sorpresa en ataque.

En su último tramo rumbo a Brasil 2014, los mexicanos buscarán recuperar el vértigo de su juego y la confianza perdida que muchas veces les ha permitido jugar de igual a igual con grandes potencias mundiales.