El popular ‘Pelussa’ se encargó de brillar con luz propia en el Mundial de México. La magia que salía de sus botines terminó por deslumbrar al mundo entero.

Y es que Diego Maradona se encargó de hacer jugar a toda una selección. Su juego atrevido y el toque refinado que poseía, lo hicieron temible para las defensas rivales que nunca supieron cómo detenerlo.

El encuentro que lo catapultó fue sin dudas contra Inglaterra por cuartos de final, con la recordada ‘Mano de Dios’ y su otra anotación, considerada para muchos la mejor de todos los Mundiales.

Si bien en la final no anotó ante Alemania, esto no opacó su brillante actuación en México 86 y el que sea considerado no solo el mejor jugador de dicha Copa del Mundo, sino también que ocupe un lugar en el podio de los mejores futbolistas de todos los tiempos.