Como todo equipo africano, Camerún siempre intenta imponer su estado físico y su potencia. Sin embargo, si le sumamos ahora la calidad de jugadores que tiene podremos tener un equipo que será complicado para cualquiera.

De la mano del técnico alemán Volker Finke, la selección de Camerún ha encontrado la armonía que había perdido.

Finke hizo posible el regreso de Eto’o tras su renuncia por problemas internos y dirigenciales. Ahora, el entrenador lo ha situado en el lugar que merece y lo ha catalogado, junto a Roger Milla, como el mejor jugador de la historia de ese país.

Con los problemas internos solucionados, el equipo africano solo debe dedicarse a jugar y dejar la inocencia, que muchas veces evidencian los equipos africanos, de lado.

Acostumbrados al calor de su tierra, los cameruneses querrán sacar provecho del clima en tierras cariocas y añadirle el talento innato que poseen.

¿Serán capaces de superar la primera fase?