Lo que parecía una falta de respeto de Messi hacia Sabella resultó ser un malentendido antes de la prórroga de la final del Mundial Brasil 2014 entre Alemania y Argentina.

Lionel Messi no escuchó la charla de Alejandro Sabella antes de la prórroga porque lo llamaron al sorteo que determinaría los lados del primer tiempo extra.

Tres veces se cruzó Alemania en el camino de Messi, a quien el desconsuelo embriagó ayer a pesar de ser elegido por la FIFA como el mejor futbolista de un torneo en el que se citaban su propia ambición, las ilusiones de la hinchada argentina y el recuerdo del triunfo de Maradona en México 1986.

“No me interesa el premio. No me importa nada”, señaló Messi después de recibir el Balón de Oro que le distinguía como el mejor jugador del campeonato. “Queríamos llevar la Copa y disfrutar en Argentina con toda la gente”, abundó.