La victoria de Williams , de 30 años, le permitió ganar el cuarto título del Abierto de Estados Unidos en su carrera (1999, 2002, 2008 y 2012), el primero desde que lo consiguió en el 2008 y el decimoquinto de Grand Slam en su carrera después del más reciente Wimbledon y su medalla de oro en Londres 2012.

Serena se convirtió en la primera tenista que consigue ganar el Abierto de Estados Unidos con su edad, desde que lo hizo la checo-estadounidense Martina Navratilova en 1987.

La menor de las hermanas Williams también se convierte en la primera tenista que logra los títulos de Wimbledon y el Abierto en la misma temporada desde que ella misma lo consiguió en el 2002, cuando ganó tres títulos de Grand Slam con el de Roland Garros.

La campeona olímpica, que comenzó arrolladora en el primer set para romperle el saque a Azarenka en el segundo y en el octavo, que le permitió ganarlo en 34 minutos.

A pesar de haber perdido el set, Victoria Azarenka comenzó a tener mayor confianza con su juego y golpes desde el fondo de la pista y restó mejor al saque de Williams, que ya no fue tan demoledor como en la primera manga.

El resultado fue romperle el saque a Serena Williams en el primero para comenzar a dominar el juego y dejarla sin recursos, cuando ambas entablaban el intercambio de golpes desde el fondo de la pista.

Azarenka mantuvo su saque y volvió a romperlo de nuevo a Williams en el quinto para asegurar la segunda manga en 38 minutos y forzar la tercera, algo que nadie en el torneo había podido conseguir ante el poder físico de la estadounidense.

El tercer set permitió que ambas jugadoras hiciesen su mejor tenis, especialmente la número uno del mundo, que demostró tener mejor técnica y variedad de golpes que la campeona olímpica, que siguió con muchas dudas en su juego.

Las demostró en el tercer juego cuando no pudo mantener su saque y lo perdió por tercera vez (1-2) en el partido, mientras que Azarenka se crecía, pero de nuevo el poder físico de la campeona olímpica le permitió recuperarlo en el cuarto después de haber estado cuatro veces con pelota de juego para la tenista bielorrusa.

La rotura del saque hizo que Williams recuperase de nuevo su confianza en un momento crítico del partido y luego apoyarse en su saque, que le volvió a fallar en el séptimo juego lo que le pudo costar su decimoquinto título de Grand Slam y por segundo año consecutivo perder de manera sorpresiva la final del Abierto.

Sin embargo, Serena surgió de nuevo en el momento decisivo ante los nervios de Azarenka que con 5-4 y saque para asegurar la victoria no lo hizo y la local se lo rompió en el décimo para empatar a 5-5.

Luego mantuvo el suyo y en la primera pelota que tuvo de partido y de título la aprovechó al forzar una devolución fuera de la pista de su rival y sentir que era de nuevo campeona del Abierto después de ganar por décima vez a Azarenka en los once enfrentamientos que han tenido como profesionales.

EFE