Venía siendo el mejor peruano en la categoría autos del Rally más difícil del mundo, el Dakar. El piloto peruano Ramón Ferreyros tuvo que retirarse de la competencia por un problema en el auto, cuando venía en el puesto 25 de la clasificación general.

“La cosa es muy simple. Nadie en mi equipo se explica cómo nos pudo suceder esta falla. El día anterior uno de los mejores preparadores de coches del mundo –Overdrive- revisó el auto y se cambió toda pieza, repuesto o parte de su Gildemeister que requería ser reemplazado. Veníamos tranquilos a 120 kilómetros por hora cuando se rompió la boca masa delantera. No sabemos todavía si primero se salió la rótula o el trapecio.”, dijo Ferreyros a Grupo Firbas.

“De inmediato se desprendió la llanta derecha y nos fue imposible controlarlo. Nos salimos y nos fuimos encima de unas ramas y un tronco en una zona nada complicada. Una curva sencilla a la derecha, pero al desprenderse el neumático seguimos de frente hacia ese matorral y allí se rompió la suspensión posterior. Nos dimos una media vuelta de campana, nada más, pero los daños eran irreparables para mala suerte.”, añadió.

Ramón explicó por qué no pudo recibir auxilio mecánico: “Justo en esta etapa, a diferencia de las anteriores, era imposible recibir asistencia de nuestro auxilio, que llevaba lo necesario para continuar en carrera, ya que en el tramo los equipos de asistencia no corrían junto con los autos. Si nos hubiera sucedido en otro momento de hecho perderíamos mucho tiempo, pero la posibilidad de seguir en competencia era real.”

“Una pieza nueva, que por su construcción es irrompible, pero la mala suerte estuvo presente. El español Carlos Sainz ya lo dijo una vez: “No hay buena suerte en las carreras, pero si mala suerte.” Es injusto, pero la vida lo es. El accidente lo sufrimos a las 11.00 AM y la grúa nos encontró a la medianoche y llegamos a Córdoba al amanecer”, prosiguió.

“Kilómetros antes recorríamos una ruta muy lenta, donde no metimos más que el tercer cambio en la caja y la velocidad era de 70 por hora, pero nos salimos en el peor sitio y justo cuando los auxilios no nos seguían. Overdrive no entiende hasta ahora cómo pudo pasar esto, pero saben que no nos despistamos por culpa del manejo o la lectura de la ruta de mi navegante José María Rodríguez.”

El píloto sabe que su equipo podía dar más. “Al llegar a Córdoba Overdrive revisó la camioneta para repararla y seguir en carrera con una fuerte penalización, pero no se pudo. Tantos años en esto y hoy nos tocó perder, pero satisfechos, porque demostramos desde Lima hasta Tucumán que estábamos para más.”