El camino del ‘Chaval’ para conquistar la octava Copa de Mosqueteros comenzó de la peor forma posible. El mallorquín, que el año pasado no cedió ningún set hasta la final contra Novak Djokovic, dejó escapar la primera en esta edición nada más empezar. Su triunfo fue de 4-6, 7-6 (4), 6-4, 6-3 en 2 horas y 54 minutos.

Descentrado, sin poder imponer su juego, Rafael Nadal fue víctima de los raquetazos de un alemán de 25 años, 59 del mundo, poco dado a ganar encuentros sobre el polvo de arcilla.

Fue un susto importante, sin llegar a la de 2011, cuando Nadal debutó cediendo dos sets ante el estadounidense John Isner, antes de recuperarse.

En este caso no fue tan grave, pero fue la primera vez que el mallorquín debuta en Roland Garros cediendo un set, estando contra las cuerdas en el desempate del segundo, cuando cedía por 3-0.

La resistencia del bigardo germano, que nunca había ganado un partido en la tierra batida parisiense, duró aproximadamente una hora y media y le valió para sumar la primera manga y forzar el juego de desempate de la segunda.

Apoyando en un mortal servicio por encima de los 200 kilómetros por hora y en el efecto de las bolas, el alemán desarboló la resistencia de un Rafael Nadal que no encontraba la forma de desactivar la demoledora táctica de su rival.

Pero superado ese momento dulce, el reto de vencer al mejor jugador de tierra de todos los tiempos se convirtió en una losa para Brands, que poco a poco se fue diluyendo a medida que el español iba recuperando su mejor versión.

El escenario se ensombreció todavía más cuando el español cedió su servicio en el primer punto del juego de desempate. Pero, como es habitual, Nadal no se deshilachó y mantuvo la compostura. Recuperó el servicio en el sexto y, a partir de ese momento, todo fue más sencillo.

Nadal recuperó el control de la pista Philippe Chatrier, que tantas alegrías le ha procurado. Se adjudicó la segunda manga y, de entrada en la tercera, rompió el servicio de Brands, que nada pudo hacer para recuperarlo.

El mismo guión se repitió en la cuarta, con rotura inicial del ibérico e intercambio de servicios hasta que acabó cayendo el set del lado del español.

EFE