Pese a ello, las chicas demostraron tener una enorme fortaleza física, un gran rendimiento y todo el Perú siente un orgullo por haber vibrado mate a mate con las dirigidas por Natalia Málaga. Pero, ¿Es acaso un mal “cancerígeno” que persigue al deportista peruano el no poder cerrar un partido que se tiene a favor?

El psicólogo deportivo Mario Reyes, quien pertenece a la consultora psicológica Estrategia Deportiva 360 y docente de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, explica a manera de análisis el déficit que existe en el deportista peruano frente a un momento de tensión al tener que cerrar un partido.

La fortaleza mental en los momentos claves de un partido es la pieza clave para el éxito o el fracaso deportivo. Ello no se logra de la noche a la mañana, ello depende mucho de un trabajo sistematizado, preparando al deportista para enfrentar todo tipo de situación, sea pre competitivo, competitivo o post competitiva; se trabaja desde la motivación, actitud, control emocional, concentración, manejo de presión, visualización, entre otras características psicológicas.

Se debe trabajar con el deportista que, primero el juego debe ser una diversión, por ello vemos a equipos europeos o asiáticos, que cualquier punto ganado, ya sea ganando o perdiendo, es un logro de equipo y los reproches no son parte de ello.

El otro punto importante es que no se puede dar un partido por ganado hasta que el pitazo final se haya escuchado, ese es un grave error en muchos deportistas peruanos. No cerramos un partido porque se cree que ya se ganó, porque se tiene una diferencia, sea para el fútbol o para el vóley. Y ello depende mucho de una preparación y fortalecimiento mental que en esas ocasiones juega más importante y muchas veces domina lo físico y lo técnico.