Después del triunfo de Juan Martín Del Potro sobre Stepanek y de Berdych ante Juan Mónaco el viernes, los checos se impusieron por 6-3, 6-4 y 6-3 en la tierra batida del estadio Mary Terán de Weiss de la capital argentina y dejaron al equipo de Martín Jaite sin margen para el error.

La incertidumbre se apoderó de los argentinos, además, porque se multiplicaron los rumores indican que Del Potro podría ser baja por lesión este domingo frente a Berdych , el número seis del mundo.

El desarrollo del partido dio pocas opciones a la pareja argentina, superada por momentos con amplitud por adversarios más experimentados y, especialmente, por la contundencia de Berdych.

Jaroslav Navratil, capitán del equipo checo, prefirió asegurarse un punto este sábado al apostar por Berdych y Stepanek en lugar de Ivo Minar y Lukas Rosol, a quienes había anunciado en forma estratégica durante el sorteo del orden de juego de la serie, el pasado jueves.

La decisión de Navratil no llamó la atención ya que los dos mejores tenistas de su equipo habían jugado juntos once partidos de los cuales sólo perdieron uno, en la final del Grupo Mundial 2009 de la Davis ante España, frente a los zurdos Fernando Verdasco y Feliciano López.

La suerte de Argentina dependerá del rendimiento de Del Potro, si juega, en el partido de este domingo con Berdych, y de la recuperación de Juan Mónaco frente a Stepanek, después de haber estado a un paso de la victoria ante el número uno checo y perder en el tramo final del encuentro.

Del Potro, con una tendinitis en su muñeca izquierda, terminó el partido inaugural de la serie con intensos dolores e insistió en que aceptó jugar en homenaje a la afición, que agotó las entradas con casi tres meses de anticipación.

El jugador de Tandil dijo entre sollozos que había sufrido mucho al jugar en esas condiciones, aunque Stepanek, en la rueda de prensa posterior al encuentro, puso en duda de que esté lesionado.

Desde la final de Copa Davis de 2008 que Argentina no terminaba un sábado en desventaja por 1-2 en la Copa Davis. Aquella vez en la final que ganó España en Mar del Plata por 1-3.

EFE