Las chicas del vóley están acostumbradas a ser guerreras, de una manera y otra se han vuelto independientes y cuentan con grandes responsabilidades en el equipo. Algunas se encargan de llevar la comida al coliseo, otras de organizar el equipo para la rutina diaria.

Fue una noche llena de truenos y relámpagos en Brno, muchas asustadas por el ruido que generaban y otras disfrutando de un espectáculo visual en el cielo.

El viento jugó esta vez en su contra, las chicas del vóley habían colgado su ropa en las ventanas de las habitaciones esperando a que secarán para hoy, pero no contaron que el clima iba a volar sus prendas.

A la mañana del sábado tuvieron que bajar a recoger la ropa que se encontraba en los arbustos que rodean el Hotel Voronez. No les quedó más que reír y sumar una anécdota en este Mundial Juvenil.

Por Carolina Romero, enviada especial a República Checa.