No solo habían aficionados en el malecón de Chorrillos y en la playa La Herradura. En la parte alta, las calles, cerradas al tránsito, lucían repletos de amantes de los fierros, saludando a los pilotos, quienes devolvían el saludo.

El fortísimo calor no espantó a los limeños, quienes en gran cantidad se volcó al mar para ver este acontecimiento automovilístico mundial.

SE espera que el mismo impacto genere esta competencia en las ciudades del sur del país por donde el rally Dakar hará su recorrido.