Muchos de estos casos hicieron una gran temporada y estuvieron en la mira de los equipos más grandes de Europa, pero en sus nuevos equipos no les fue bien, por lesiones, falta de minutos, diferencias con el técnico, etc.

Robinho, Paulinho y Keirrison, llegaron al Manchester City, Tottenham Hotspur y Barcelona, respectivamente como grandes promesas del fútbol brasileño, pero nunca terminaron de despegar.

Andriy Shevchenko, Nicolas Anelka, Romario y Juan Sebastián Verón llegaron al Chelsea, Real Madrid, Valencia y Manchester United, respectivamente en el mejor momento de sus carreras, pero nunca llegaron a destacar por distintos motivos.

Por otro lado, Royston Drenthe y Dmitro Chigrinskiy llegaron como jugadores de gran proyección al Real Madrid y Barcelona, respectivamente, pero nunca brillaron y abandonaron el fútbol español poco después.