Real Madrid estuvo a un paso del ridículo en Sofía, donde un aguerrido Ludogorets lo tuvo a mal traer en buena parte del partido que sostuvieron por la segunda fecha del grupo B de la Liga de Campeones.

Balón peinado al primer palo y remate a placer en el segundo. No cerró bien Arbeloa, que reaccionó tarde, cuando Marcelinho marcaba a placer ante la desesperación de Iker Casillas. Saltaba la sorpresa y se desataba la locura con el triunfo del modesto. Se empleó con dureza para mantenerla. Con Cristiano Ronaldo como víctima preferida. Hacía tiempo que no se veía desesperación en el portugués, que incluso respondió desde el suelo alguna de las entradas de las que fue víctima.

El Real Madrid respondió con rapidez al golpe inicial. Bale, en otro partido gris, chutó cruzado con su zurda y la movilidad de ‘Chicharito’ en su primera titularidad dio el fruto en un claro penalti derribado por Minev a los diez minutos en una jugada que perfectamente pudo ser castigada con cartulina roja pero se quedó en amarilla. Cristiano dejó una imagen inusual. Su disparo potente cruzado lo adivinó el portero Stoyanov que se lució.

Cristiano inventó el empate. Picado tras un codazo que no vio el colegiado, se dejó caer dentro del área y encontró un penalti que no desaprovechó. Eligió el mismo lugar, a la derecha del portero, pero tan ajustado al poste que aunque Stoyanov adivinó de nuevo el sitio no llegó al esférico.

Los jugadores que descansaban – Benzema, Kroos y James – al terreno de juego y el panorama cambió. Fue la noche más inspirada de Benzema. Ante una defensa cansada, brillante en cada acción que protagonizó. A los 77 minutos marcaba el tanto del triunfo rematando con zurda de primera un centro medido desde el costado de Marcelo. Pudo hacer el segundo pero se trastabilló ante el portero y dejó un recorte para enmarcar de tacón, con asistencia a Kroos que chutaba a las nubes.

Todo parecía regresar a su sitio cuando el partido se despedía, pero en el día más extraño del Real Madrid en Europa no podía faltar el susto final. En el tiempo añadido un balón muerto a punto estuvo de mandarlo a la red Dyakov. El triunfo, sumado al pinchazo del Liverpool y el camino despejado, la mejor noticia para el campeón de Europa.