A los doce años de edad, comenzó a perseguir el que hoy, es su sueño cumplido, comenzó a jugar al fútbol en el colegio, disfrutar de correr tras el balón, la adrenalina que la hacía sentirse libre y más aún, igual que todos.

Lyana se inicio en la academia de Olienka Salinas donde fue aprendiendo más del deporte que, hoy, es su pasión. De ahí llegó al JC Sport Girls, donde ya comenzó a ver el lado profesional del fútbol femenino. Tras un paso destacado en dicho club logró llegar a préstamo al Real Maracaná de Chosica. Tras ese ascenso en el fútbol femenino, Liana cumplió uno de sus grandes sueños, vestir la camiseta de la Selección Peruana.

La artillera nacional nos cuenta también lo difícil que fue abrirse paso en el ámbito deportivo en un país donde la figura femenina aún no está del todo posicionada en el fútbol. Además del poco apoyo que los medios de comunicación brindan para su difusión, a pesar de los inconvenientes presentados en el camino de Lyana, ella siempre tuvo los objetivos definidos y apostó por marcar la diferencia, la “9”, nos dice que la dedicación, el esfuerzo y la estricta disciplina son el conjunto de factores que la ayudaron a alcanzar una de sus metas, obtener la ansiada beca integral que consiste en estudiar una carrera profesional con todo pagado sin que le cueste un centavo lo que todo deportista anhela.

Actualmente se encuentra entrenando con el grupo de chicas que viene trabajando con la entrenadora española Marta Tejedor en el Complejo Deportivo de la FPF (Videna).

En aproximadamente dos meses, Lyana emprenderá un viaje que no solo la embarga de emoción, sobre todo, la llena de alegría porque sabe que definirá su futuro, y deja un mensaje para todas las chicas que juegan al fútbol no solo por diversión, sino, por pasión.

“Quiero decirle a todas las chicas que tengan mucha disciplina, que sean constantes, que tengan continuidad, que se planteen metas y hagan todo para lograrlo y por supuesto, que jamás dejen de hacer deporte porque es muy bueno en todos los sentidos de la vida”.

Lyana Chirinos no solo es una estupenda jugadora de fútbol que nos representará en el exterior, es además, una chica humilde con los valores bien forjados, dispuesta a dejarlo todo para demostrar que el fútbol es el deporte de todos, que los sueños se pueden hacer realidad cuando lo decidimos y es un claro ejemplo para todas aquellas chicas que tienen sueños y metas en la vida.