Velocidad y desequilibrio

Sterling es desequilibrio en estado puro. Tiene una habilidad natural para sortear rivales. Se deshace de ellos con una facilidad pasmosa, como si realmente no le supusiera ningún esfuerzo. Además, cada movimiento lo hace a toda velocidad. Vive en una hiperactividad continua.

Falla en la definición

Como hemos comentado en el punto anterior, Sterling ejecuta cada acción a una velocidad de vértigo y eso le resta precisión en algunos casos. Especialmente en la definición cara a puerta. Esa ansiedad le perjudica para definir ocasiones que a priori son sencillas.

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Progresión sin techo

Sterling es ya una de las estrellas de la Premier League y apenas tiene 20 años. Eso habla maravillas de su futuro. Si el delantero inglés continúa evolucionando a la misma velocidad y quema etapas con tanta contundencia con la que lo está haciendo hasta ahora pronto estará entre los 10 mejores del mundo.

Inestabilidad emocional

Sterling se mueve en su vida privada a la misma velocidad que lo hace sobre el terreno de juego. Incluso más. Su inmadurez le ha traicionado en más de una ocasión y eso queda reflejado por el hecho de que con apenas 20 años ya es padre de dos niños y con dos mujeres distintas. De esto se puede intuir cierta inestabilidad emocional que supone un riesgo a la hora de valorar su fichaje.