Quaresma es jugador del Besiktas de Turquía, pero como cualquier ser mortal, tuvo sus cinco segundos de mala suerte.

Buscó hacer una rabona y tropezó. Luego buscó salvar el balón, pero no pudo. Y como remate, para evitar que el rival se escape, lo cortó con una patada que le costó la segunda amarilla y expulsión.