El autor fue el jugador del Oviedo, Martins, quien no dudó en lanzar un misil al arco rival. La pelota se elevó con potencia y parecía que se iba a la tribuna, pero de manera inesperada y producto del fuerte efecto, descendió hasta inflar las redes.

Por cierto, Oviedo ganó el partido por 2-0.

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